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Las clases virtuales son ahora predilectas por universitarios

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 La docencia virtual fue implementada en medio de la primera ola de contagios por el Covid-19, pero aun universidades siguen apelando a ese recurso.

Helenny Amparo

El drástico cambio que su­frieron las universidades del país, y con ellas sus miles de matriculados pa­ra adaptarse a salones de docencia en el ciberespa­cio, a raíz del impacto de la pandemia del covid-19, ha pasado de única opción a la elección que prefieren los estudiantes.

Representantes de las casas de estudios superio­res afirman que las esta­dísticas revelan que para los bachilleres la virtua­lidad se ha convertido en “un aliado”, como la defi­ne María Mejía De la Cruz, directora de Educación Vir­tual de la Universidad Au­tónoma de Santo Domingo (UASD).

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Los beneficios
Mejía De la Cruz explicó que aunque este sistema de docencia fue aplicado por la inviabilidad de llevar a los estudiantes a las aulas físi­cas, ha generado numero­sos beneficios para los futu­ros profesionales.

“Las clases virtuales tie­nen muchas ventajas, la primera es que tú puedes tomar la clase no impor­ta donde estés”, manifestó la académica, al adelantar que ahora los uasdianos no tienen la limitante del cen­tro o subcentro en el que estudian. “Si tú estas aquí (Santo Domingo), no po­días tomar clases en San Juan, pero en la virtualidad no existe eso. Ahora hay mayor oferta”, añadió.

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Asimismo, la directora de educación virtual indicó que la modalidad a distancia ha permitido que los matriculados que, “por una razón u otra”, no están en el país pudieran avanzar y hasta terminar sus carreras.

“Fueron muchos los que terminaron sus carreras en estos dos años, que se fueron del país y pudieron seguir a través de la virtualidad”, agregó.

De su lado, Juan Martín, director de tecnología educativa de la Universidad Evangélica (UNEV), sostuvo que han realizado encuestas entre sus alumnos y los datos revelaron la inclinación por el modo virtual.

“Mayoritariamente los estudiantes de la UNEV preferirían seguir virtual”, resaltó.

Martín expresó, además,  que entre las razones que impulsaron el referido dato de preferencia se encuentra la flexibilidad para acomodar los horarios laborales con los universitarios.

“Nuestros estudiantes, la inmensa mayoría trabaja a la vez que estudia. Entonces, a ellos la virtualidad les ayuda en ese aspecto personal”, agregó.

Mescyt prevé el regreso

Por otro lado, hace una semana que el titular del Ministerio de Educación Superior, Cien­cia y Tecnología (Mescyt), Franklin García Fermín, aseguró que en caso de que los contagios por la varian­te ómicron del covid-19 continúen en baja, todas las universidades retornarían a la presencialidad.

“Las universidades están preparadas para que, si hay que volver totalmente a la normalidad, hacerlo, ese es el compromiso que se asu­mió en la asamblea de rec­tores”, expresó Fermín du­rante un acto por motivo del natalicio del padre de la patria Juan Pablo Duarte.

Respecto a estas decla­raciones, Mejía De la Cruz y Martín, así como Kenia Arias, directora de Tecnolo­gía Educativa de la Univer­sidad Nacional Pedro Hen­ríquez (UNPHU) y Navia Peña, directora de la Direc­ción de Desarrollo Curricu­lar de la misma institución, coincidieron en que ya pre­veían tal escenario y por­tanto ambas academias es­tán listas para la decisión conjunta de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU), las autoridades del Mescyt y demás miembros de la asamblea.

No obstante, el director de tecnología educativa de la UNEV destacó que pretenden presentar las estadísticas que han generado las respuestas favorables de sus matriculados sobre la virtualidad y si la decisión sigue siendo la presencialidad, la acatarán.

En el caso de la UASD, Mejía De la Cruz argumentó que antes de que se desatara la variante Ómicron y los números casos de contagios que ocasionó en pocas semanas desde su circulación en República Dominicana, la institución ponderaba un “60-40”.

“Aquí se había trabajado para que este semestre fuera un 60-40; un 60% presencial y un 40% virtual. Tuvimos que volver para atrás porque a final de año aumentó muchísimo y por eso la universidad volvió a retomar virtual”.

Mientras, las representantes de la Unphu afirmaron que cuentan con “todos los protocolos internos que contienen las recomendaciones de la OMS y el Ministerio de Salud Pública”, para el regreso a clases presenciales.

Seguimiento

Para el funcionamiento de este modelo de educación con el que ya coqueteaba la UNEV y en el que la UASD ya había incursionado desde hace 11 años, aproximadamente, ambas instituciones desplegaron sus métodos de asistencia y seguimiento.

Para la Evangélica, se establecieron unos 2,220 grupos de clases que son monitoreados no solos por el docente asignado, si no también por hasta  11 supervisores.

“Tratamos de dar dos tipos de asistencia, la técnica y la metodológica”, señaló Osvaldo Mota, director de tecnología de la referida universidad.

En tanto, la Autónoma realiza evaluaciones al finalizar cada período académico  y realiza los soportes a los estudiantes a través de varios correos por los cuales pueden externar sus dudas o dificultades, según manifestó la encargada de Educación Virtual.

Asimismo, Arias y Peña aseveraron que la Unphu  posee un sistema de seguimiento a las clases que conjuga los elementos como: capacitaciones al personal docente, acompañamiento y seguimiento a las clases, evaluación de desempeño docente, monitoreo al resultado de la evaluación y un programas de orientación y apoyo desde el Decanato de Bienestar Estudiantil.

CIFRAS

Ventajas. Los estudiantes obtienen grandes beneficios, y el celular se convierte en el nuevo cuaderno.

90% virtual.

En el encuentro del Mescyt y rectores, en la segunda semana de enero, se decidió que la docencia en las Insti­tuciones de Educación Superior (IES) se desa­rrolle presencial, semi­presencial, virtual e hí­brida. Más del 90% re­cibe las clases virtuales.

El celular.

El celular es el nue­vo cuaderno, la herra­mienta utilizada por los estudiantes univer­sitarios para acceder a sus clases virtuales, con una diferencia abismal que los separa de las computadoras de escri­torio o portátiles.

Martín especificó que el 80% usa el celular y el restante 20% computadoras; un porcentaje similar también tiene la UASD.

 

 

 

Fuente: Listín Diario

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