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11 cosas que tienen que aprender los niños para ser adultos felices

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Si le preguntásemos a cualquier padre qué es lo que más desea para su hijo, creo que todos contestaríamos lo mismo: que sea feliz. No existe una receta mágica ni unas pastillas que nos llenen de felicidad cada día, pero sí que podemos procurarle a nuestros hijos un entorno y unas condiciones para que el día de mañana este sentimiento reine desde el momento en el que se levantan.

Lo que tienen que aprender nuestros hijos para ser adultos felices

 

Los primeros años de un niño son claves para su desarrollo, porque todo lo que aprendan, sientan y experimenten en esta etapa les influirá en su vida como adultos. Por eso, si queremos (y lo queremos y deseamos) que sean felices, tenemos que educarles y enseñarles una serie de actividades, habilidades y conocimientos que les facilitarán la vida el día de mañana. ¿Quieres saber de qué hablo?

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1. A reír
La risa tiene un efecto terapéutico increíble (reduce el insomonio, rejuvenece la piel, mejora la respiración, facilita la digestión) y unos poderes de los que hacemos muy poco uso cuando llegamos a la edad adulta. Por eso, si desde que nuestros hijos son pequeños, les enseñamos a reír, ¡vivirán más años y serán más felices sin duda!

2. Otro idioma 
Los idiomas nos dan la posibilidad de poder viajar y desarrollarnos en otros países, de salir de nuestra zona de confort y de descubrir otras culturas, igual de ricas o más, que la nuestra. Apoyemos a nuestros pequeños en el aprendizaje de otras lenguas para no limitarse a su lugar de nacimiento.

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3. Natación
Hacer deporte es fundamental para mantener sano nuestro cuerpo, pero también nuestra mente. Podía haber elegido baloncesto, artes marciales, tenis, padel, fútbol, pero no. Yo quiero que mis hijas aprendan (y en ello están) natación, porque para mí es el deporte más completo que hay en todos los sentidos: fortalece sus extremidades, mejora su coordinación, permite que su cerebro se mantenga en buen estado durante más tiempo y, muy importante, les puede ayudar a salvar alguna vida en caso de emergencia en una piscina o en una playa.

4. Reciclar
Podemos ser las personas más felices del mundo, pero si vivimos en un planeta que no está limpio y cuidado, ¿de qué nos sirve? Como padres debemos, primero dar ejemplo, y segundo, enseñar a nuestros hijos a reciclar y la importancia y el sentido que para su futuro tiene este gesto. Son el futuro, pero ¿y si no hay futuro?

5. Tocar un instrumento
¿Sabías que, a través de la música y en concreto del hecho de tocar un instrumento, podemos mejorar nuestras dotes de comunicación y, a su vez, desarrollar capacidades creativas? Son cualidades que, de adultos, nos pueden ayudar en el trabajo y en la vida personal. Así que, no lo pienses más, y apunta a tu hijo a clases de piano, guitarra o batería. La mía ha elegido para este próximo curso flauta travesera, ¡veremos qué tal se le da!

6. A perder

Vivimos en una sociedad tan competitiva que solo estamos pensando en ganar y en ser los mejores, y eso es lo que nuestros hijos ven y están interiorizando, pero ¿qué ocurre cuando en lugar de ser el primero nos quedamos los últimos? ¿qué pasa cuando se pierde? Si desde pequeños les descubrimos a nuestros hijos esta otra cara que tiene la vida, les ayudará a afrontar retos con mayor seguridad en sí mismos.

7. Bailar
Despeja el salón, pon música… ¡y a bailar! Son varios los estudios que aseguran que el baile cambia el estado emocional de los niños y adolescentes alejándoles del estrés y de la ansiedad. Y seguro que a ti tampoco te viene nada mal echarte un baile.

8. Cocinar
La relación que el niño mantenga con la comida va a influir en su estado de ánimo, y es que suprimir o incluir ciertos alimentos en la dieta habitual mejora o empeora nuestro estado de ánimo, por eso debemos intentar que desde bien pequeños los niños participen en todo el proceso: desde hacer la lista de la compra, ir al mercado, colocar los alimentos en su lugar y preparar distintas recetas, además de hablarles de aquellos alimentos más tóxicos y perjudiciales para su/nuestra salud.

9. Relajarse 
Cada vez es más común (y triste) ver casos de niños bien pequeños con estrés. Las razones son, principalmente, cuatro: los deberes, el exceso de extraescolares, las nuevas tecnologías y, aunque nos duela, los propios padres. Por eso nuestra misión para no crear adultos estresados es empezar a reducir nuestro propio estrés, ayudarles a ellos con el suyo (reduciendo actividades), fomentar el juego al aire libre y enseñarles distintas técnicas de relajación que puedan aplicar en situaciones difíciles en las que se puedan ver.

10. Quererse a sí mismo
Cada persona es diferente a otra y eso es lo bonito y la grandeza de la vida, porque unos con otros nos vamos enriqueciendo y complementando. Por desgracia, hay veces que esas diferencias se pueden convertir en un injustificado ataque, por eso el niño tiene que aprender a saber quién es, a valorarse, a descubrir sus fortalezas, a aceptar sus límites, en fin, a quererse a sí mismo.

11. Emocionarse
Y, sobre todo, a expresar lo que siente, tanto si es enfado o ira como si es alegría y entusiasmo. Cada emoción es un aprendizaje que forjará la personalidad del niño y le permitirá ser un adulto pleno y consciente de sus sentimientos. Saber comprender qué le ocurre, le ayudará a ser capaz de tomar decisiones fundamentadas y, también, saber reaccionar en situaciones complicadas o complejas.

 

 

Fuente: guiainfantil.com

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