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¿Qué hacer si mi hijo no me respeta?

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Todos sabemos que los niños desde muy pequeños necesitan límites, y quienes son los encargados de fijarlos por primera vez son los padres, que en algunas ocasiones por diversas razones no logran ni establecerlos ni mantenerlos, que es aún más difícil.

Por eso, y tal vez por algunas lagunas o ausencia de límites y normas, los hijos de pronto parecen perder el respeto a los padres. Y ahí llega la duda y la desesperación de muchos padres: ¿Qué hacer si mi hijo no me respeta? Te damos algunos consejos para intentar solucionarlo.

Claves para saber si mi hijo NO me respeta

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A veces nos asaltan las dudas: ¿será que mi hijo no me respeta o estaré exagerando? Estas son algunas conductas de alarma que representan una clara señal de que los niños están cruzando la línea del respeto:

– Retan a sus padres llevando a cabo repetitiva y  deliberadamente la conducta que se les pide dejar de hacer.

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– Exigen que sus deseos  sean cumplidos de forma inmediata.

– Gritan y pueden ser hirientes en lo que dicen cuando se les ha llamado la atención o sus deseos no se cumplen.

– Lanzan objetos al suelo o a los demás como señal de enojo.

– Golpean o patean lo que está a su alcance.

– Azotan las puertas.

– Amenazan.. etc.

Todas estas conductas buscan llamar la atención, que sus deseos sean cumplidos y en el fondo probar hasta donde les es permitido llegar.

Evidentemente entre más faltas de respeto les sean permitidas, este comportamiento irá rápidamente en aumento. Es por ello que los padres deben reaccionar de inmediato y no dejar que las cosas se salgan de control.

Qué hacer si mi hijo no me respeta: cinco claves para recuperar el respeto

A continuación algunos consejos para lograr frenar estas conductas y que los niños no atraviesen la línea del respeto. La regla de oro invariable es: “predica con el ejemplo”. Como padre o madre, todos los comportamientos que tengas tendrán una influencia directa en tus hijos; si logras manejar tu enojo en momentos de conflicto, mantenerte calmado y no agredir física ni verbalmente a tus hijos o a los demás, tienes asegurada buena parte del éxito.

1. Se consistente. En ocasiones dejamos que nuestro estado de ánimo influya en nuestras reacciones y no siempre actuamos igual ante las faltas de nuestros hijos. Por ejemplo si estamos de buen humor o delante de la gente podemos dejar pasar una conducta que en otro momento hubiera recibido una llamada de atención importante. Esto confunde a los niños y hace que el mensaje sea ambiguo. Trata de responder siempre de la misma forma y hacer consciente a tu hijo de que está cometiendo una falta de respeto que no debe repetirse.

2. Reparar el daño ocasionado. Es necesario que los niños aprendan que los actos buenos o malos traen consecuencias y la mejor forma de hacerlo es “definiendo una para la falta cometida” . Por ejemplo: reparar el daño, pedir una disculpa, reflexionar en lo que sucedió, etc.

3. Mantente firme. Una vez que hayas hablado con él y definido una consecuencia para su conducta, supervisa que sea cumplida y no cambies de opinión.

4. Pónganse de acuerdo. Es básico que los padres estén de acuerdo en la forma de establecer los límites. Y que si el niño ha cometido una falta de respeto hacia mamá o papá, el otro padre en cuestión apoye la llamada de atención y no le quite importancia ni haga equipo con el niño. Si hay algún desacuerdo, háblenlo de forma privada, nunca delante del niño.

5. Más comunicación. Después de un momento, cuando las cosas estén tranquilas, “habla con tu hijo” y hazle ver con calma en qué consistió su falta, el por qué de la gravedad y lo que esperas de él la próxima vez que algo parecido suceda.

 

Fuente: guiainfantil.com

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