Las reuniones familiares semanales son una manera eficaz y agradable para unir a la familia, mejorar la comunicación, establecer metas semanales, reconocer y recompensar los progresos y determinar las necesidades y sentimientos de cada miembro.
- Las reuniones deben realizarse a una hora regular que sea agradable, por ejemplo, después de la comida, durante el postre.
- Los padres pueden servir como líderes de la discusión y asegurarse de que las reglas del juego se hayan explicado y comprendido claramente.
- Las reuniones deben hacer hincapié en las necesidades, las metas y los logros individuales y familiares y discutir los acontecimientos positivos así como los esfuerzos. Durante las reuniones los padres pueden darles mesadas y reconocer y recompensar el progreso y los cambios de comportamiento. También pueden compartir otra información relevante de la familia, como las próximas vacaciones familiares o un evento escolar para el cual deban prepararse.
- A cada miembro de la familia se le debe permitir hablar sin crítica ni interrupciones a fin de compartir sus pensamientos, sentimientos, logros y anhelos.
- La reunión no es el momento ni el lugar para regañar, castigar, recordar los errores del pasado, desahogarse o señalar a una persona en particular. Estas cuestiones deben abordarse por separado e individualmente.
- Las reuniones deben durar no más de veinte o treinta minutos, a menos que la familia quiera continuar.
- Todos deben entender y aceptar que los padres tienen la última palabra en las decisiones difíciles.
- Se debe mantener un registro de los puntos principales, los premios, el progreso hacia las metas, las nuevas metas y los acuerdos.
- Antes de que la reunión termine, a cualquier persona que así lo desee debe dársele la oportunidad de decir cómo cree que estuvo la reunión, y lo que podría hacerse para que la próxima reunión sea mejor.
Fuente:healthychildren.org