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Cómo explicarles la muerte a los niños

¿Cómo explicarles la muerte a los niños en función de su edad? En este artículo responderemos a esta cuestión y haremos un breve repaso evolutivo por las diferentes etapas, desde la primera infancia hasta la adolescencia.

¿Cómo explicarles la muerte a los niños? Antes de responder, cabe mencionar aquí otro concepto: el duelo o la manera de vivenciar una pérdida o una muerte. El duelo es un proceso complejo que afrontamos cuando perdemos un ser querido, pero también cuando afrontamos una ruptura, perdemos un trabajo, adquirimos una discapacidad, etc. Se trata de un proceso de reorganización y reestructuración de la realidad que nos permitirá adaptarnos a la nueva vida que nos deja esta pérdida.

En este artículo responderemos a la cuestión de cómo explicarles la muerte a los niños a través de los consejos y pautas de la Sociedad Catalana de Pediatría junto con el Parc Taulí de Sabadell. Como veremos, las pautas varían ligeramente en función de la edad y esto tiene mucho que ver con la evolución del niño y con el concepto de la muerte que se tiene en cada periodo evolutivo.

En primer lugar, explicaremos en qué fase del desarrollo se encuentran los niños según su franja de edad (a nivel psicológico, social, de lenguaje, autonomía…), para posteriormente abordar la cuestión de cómo entienden la muerte a su edad y cómo podemos explicarles el fallecimiento de un ser querido. Estos puntos previos resultarán imprescindibles para entender por qué debemos usar un lenguaje y unas pautas concretas y no otras.

“Todo intento de eliminar el duelo solo lo irrita aún más. Debes esperar hasta que es digerido y luego la diversión disipará sus restos”.

-Samuel Johnson-

Niño preocupado en la ventana

Primera infancia

La primera infancia abarca el período de vida desde el nacimiento hasta los 2 años. A estas edades, el mundo de los pequeños gira alrededor de las rutinas de la vida diaria, y resulta primordial el contacto con los cuidadores.

A los 2 años, el lenguaje está en pleno apogeo, y los niños pueden entender y decir palabras relacionadas con su vida cotidiana. Pueden sentir y expresar emociones básicas, como el placer o el enfado, a través de su comportamiento.

¿Cómo es el duelo a esta edad? A los 2 años aún no se entiende la muerte. Lógicamente, si el fallecido es el cuidador principal, esto afectará al niño, aunque no pueda entender qué está sucediendo. Por ello, resultará de gran importancia preservar las rutinas del día a día del niño tanto como sea posible. Será importante que el cuidado del día a día lo siga haciendo la figura principal, a ser posible.

Además, debemos tener en cuenta aquí las expresiones emocionales muy intensas por parte del adulto pueden angustiar al niño. En este sentido, hasta los 2 años, los niños expresan sus emociones con la conducta y no a través del lenguaje.

Como vemos, el duelo en la primera infancia es muy particular, pero cabe remarcar aquí que lo importante será que el niño no deje de sentirse cuidado ni pierda contacto con otras figuras de referencia.

¿Cómo lo hacemos?

Aunque la comprensión sea muy limitada en la primera infancia, deberá comunicarse la noticia. ¿Cómo? Siempre y cuando el niño tenga lenguaje, será importante utilizara palabras o frases sencillas y breves, y transmitir la noticia con claridad y calma, ofreciendo un entorno de seguridad. La noticia deberá comunicarla el cuidador principal, en un lugar cómodo y familiar para el niño.

¿Cuándo se deberá hacer? Cuando el adulto sienta que tiene bajo control a sus propias emociones; después de comunicar la noticia, debe existir la posibilidad de que el niño vuelva a su juego o rutina habitual. La vuelta a la normalidad resulta clave en esta etapa.

3-5 años (edad preescolar)

¿Cómo explicarles la muerte a los niños de entre 3 y 5 años? Antes de nada, veamos cómo es su desarrollo a esas edades. Entre los 3 y 5 años, los niños suelen ser inquietos y curiosos, y empiezan a ganar autonomía (además de reclamarla). Pueden empezar a aparecer los miedos y la fantasía. El lenguaje se empieza a consolidar.

A nivel mental, su pensamiento es egocéntrico, lo que significa que entienden el mundo a partir de ellos y de sus propias vivencias. Por otro lado, a la hora de interpretar los acontecimientos, su pensamiento aquí es poco flexible y un poco mágico.

¿Cómo es el duelo en esta fase? Según los expertos, aquí los niños no entienden que la muerte es universal, y que por lo tanto todos morimos. Tienen un concepto de la muerte reversible (es decir, que no es para siempre). Su pensamiento mágico hace que puedan confundir un pensamiento con un hecho (por ejemplo, pueden pensar que “si pienso sobre la muerte, ocurrirá”).

¿Cómo lo hacemos?

¿Cómo explicarles la muerte a los niños de estas edades? Según la Sociedad Catalana de Pediatría, deberemos ofrecer una explicación concreta y real, basada en su cotidianidad y en su experiencia. La explicación la hará el cuidador principal cuando el niño esté tranquilo, en un lugar seguro para él.

Se deberá comunicar la noticia tan pronto como sea posible; no hace falta esperar. Finalmente, deberemos ofrecer un espacio para que el niño pueda resolver sus dudas en caso de tenerlas.

6-9 años

A esta edad la autonomía está en pleno auge y el lenguaje ya está desarrollado. Los niños hablan y entienden conceptos cada vez más abstractos y simbólicos. Además, su pensamiento es más flexible y reflexivo, y sienten mucha curiosidad. Finalmente, la mayoría es capaz de diferenciar realidad de fantasía.

En relación con la muerte, es aquí donde empiezan a entender que la muerte no tiene retorno, es decir, que es irreversible. Entienden, además, que el cuerpo deja de funcionar cuando morimos. No integran aún la idea de su propia muerte, pero les preocupa pensar que alguien cercano o querido pueda morir.

¿Cómo lo hacemos?

Resultará imprescindible que no les engañemos ni utilicemos metáforas, ya que esto puede frustrarles y generarles más dudas y confusión. Es normal en esta etapa que busquen muchas explicaciones y por ello deberemos estar disponibles para resolver sus dudas con franqueza y claridad.

La comunicación de la noticia deberá ser a través de una explicación clara, real y breve y no deberíamos esperar mucho para transmitirla.

10-13 años (preadolescencia)

A estas edades empiezan los cambios de la pubertad; el domino del lenguaje ya es total y su pensamiento les permite razonar de forma lógica sobre situaciones abstractas. Pueden identificar y expresar emociones complejas (como por ejemplo la decepción), y además, entienden que las diferentes emociones pueden convivir de forma simultánea.

En la preadolescencia, el concepto de muerte ya se ha desarrollado de forma completa, y, en relación con ella, entienden lo siguiente:

  • La muerte es irreversible.
  • El cuerpo deja de funcionar.
  • Todos morimos (incluido ellos mismos).
  • Tienen miedo a la pérdida.

¿Cómo lo hacemos?

¿Cómo explicarles la muerte a los preadolescentes? Igual que en las edades anteriores, lo haremos de forma clara, breve y sincera.

Buscaremos un lugar íntimo y tranquilo para hacerlo, y permitiremos que el adolescente exprese sus emociones y que comunique sus dudas o preguntas. Así, facilitaremos que haga las preguntas que necesite y que se desahogue.

Padre hablando con su hijo sobre la muerte

Adolescencia

Finalmente, nos adentramos en la adolescencia, una etapa caracterizada por cambios en todos los sentidos. La mayoría de los adolescentes empiezan una “lucha” por su independencia sobre la que en muchos casos van configurando poco a poco su autoconcepto, además de una imagen más precisa de su entorno. Es por todo ello que el duelo en la adolescencia es diferente que en la infancia o la adultez.

Se trata de una etapa delicada, donde habrá momentos de especial vulnerabilidad; las pérdidas aquí suelen ser muy significativas -ya han tenido tiempo de forjar una relación con la persona fallecida; por otro lado, son capaces de comprender lo que significa un muerte-.

¿Cómo será el duelo? Será más o menos intenso en función del grado de intimidad y vinculación con la persona fallecida, las circunstancias de la muerte, la posibilidad o no de despedirse…

¿Cómo lo hacemos?

En esta etapa especialmente sensible, deberemos explicar la muerte definitiva y el motivo de la misma de forma cuidadosa.

Lo ideal es que la noticia la comunique la persona que tiene más vínculo con el adolescente, en un lugar íntimo y lo más pronto posible. Deberemos hacerlo de forma honesta y concisa, respetando su espacio y mostrándonos disponibles para resolver cualquier duda o pregunta que le pueda surgir.

 

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

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