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Hacia la virtualidad de los aprendizajes  

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Por Germania Aracelis Morillo Castillo

 

La autora es Magíster en Lingüística Aplicada

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Docente de grado en la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) y de educación secundaria en la Escuela Salesiana Sagrado Corazón de Jesús

 

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El mundo académico ha dado un giro de cien grados a raíz de la pandemia del COVID-19.  En efecto, nos cambió la vida de la noche a la mañana sin habérnoslo propuesto; y con ello la búsqueda de alternativas para el cambio no se hizo esperar.

 

En lo concerniente al ámbito de la educación formal (preuniversitaria y universitaria) nos hemos visto en la necesidad de migrar de la modalidad de enseñanza presencial, para la que hemos sido formados, a la modalidad virtual, reservada por mucho tiempo para grupos muy selectos del mundo académico, sobre todo en la educación superior.

 

Y ante este panorama nos preguntamos: ¿cómo afrontar este cambio que a la vez se convierte en un reto tanto para el docente como para el alumnado?   Hemos de repensar y evaluar, entre otros aspectos, las actividades que en principio fueron diseñadas para ser desarrolladas en un ambiente áulico y cotidiano. En lo adelante será necesario hacer una transportación de aquellas prácticas planificadas para la enseñanza presencial que no tendrían el mismo impacto si las aplicáramos en la enseñanza virtual.  En ese sentido, proponemos ciertas pautas de cambio a los fines de que las competencias planificadas se puedan alcanzar asumiendo nuevas estrategias demandadas por la modalidad virtual de la enseñanza.

 

En lo adelante, ya no tendremos al docente ni al compañero cara a cara.  Pero esto no significa sustituir las actividades orales que ahora bien podrían ser desarrolladas a través de foros y otras herramientas que nos ofrecen las distintas plataformas de aprendizaje.

 

En vista de que la dinámica de la virtualidad no es la forma habitual de trabajo en los centros escolares y académicos, es imperativo ofrecer detalles claros y específicos acerca de los procedimientos para las tareas, los ejercicios, las prácticas y otras estrategias diseñadas por el docente para el logro de aprendizajes efectivos y significativos.  Mientras más sencillas y claras sean las consignas, mayor comprensión alcanzará el alumnado.  Es por esto que el estilo de las clases adoptará un diseño estructural caracterizado por el orden, la claridad, la brevedad y la precisión.

 

En suma, nuestra atención ya no estará solo centrada en el contenido y los resultados de aprendizajes, sino además en el orden lógico de la información suministrada.  Habremos también de estar atentos a la comprensión y el manejo que pudieran tener los estudiantes de las plataformas disponibles para el aprendizaje. Y no menos importante, disponer de opciones para asistirles en caso de necesitar apoyo y estar pendiente de que ellos están al tanto de toda la información colgada en las plataformas virtuales.

 

Si bien es cierto que estamos en la recta final del año escolar 2019-2020, aún continuamos con la virtualidad hasta culminar todos los procesos académicos.  Y a pesar de que tenemos fecha de inicio para el próximo año escolar, hemos de estar preparados para el futuro, con nueva experiencia digital y una lección casi aprendida.

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