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5 recomendaciones para mantener su salud ante la presencia del polvo del Sahara

Ante la presencia en el país del fenómeno conocido como «polvo del Sahara» resulta conveniente tomar algunas precauciones para evitar alteraciones en las vías respiratorias; en especial aquellas personas asmáticas, con problemas respiratorios o vulnerables a alergias.

Estas medidas son recomendadas, especialmente, para personas con enfermedades respiratorias como asma, enfisema, pulmonar y bronquitis crónica; también para los adultos mayores, embarazadas y población infantil.

Tapabocas

Se recomienda el uso de protectores tales como: mascarillas o pañuelos de tela previamente humedecidos con agua para cubrir la nariz y la boca. Esto ayudará a evitar el ingreso de las partículas de polvo a través de las vías respiratorias.

Lavado de ojos

Se recomienda a las personas que tienen sensación de cuerpos extraños en los ojos, lavarse con abundante agua potable o hervida. Debe de lavarse las manos antes de iniciar este procedimiento.

Cubrir fuentes de agua

Recuerde cubrir las fuentes de agua como pozos, recipientes o estanques de almacenamiento de agua para evitar alguna contaminación.

No exponerse

La población que se considera más propensa a tener posibles molestias a causa del fenómeno debe evitar la exposición a los espacios abiertos.

Limpieza en casa

A la hora de barrer su casa se recomienda humedecer antes los sectores a limpiar para evitar que se levante polvo del suelo.

Origen del fenómeno

El fenómeno tiene su origen en la presencia de tormentas de arena en el desierto del Sahara que llevan la arena hasta la atmósfera y viaja a gran velocidad a través de las corrientes de viento.

La nube atraviesa el Océano Atlántico; la gran mayoría se deposita en el océano y una pequeña fracción llega al continente americano.

De acuerdo con los especialistas, la nube de polvo del desierto del Sahara constituye un fenómeno natural hidrometereológico que se presenta anualmente.

Roy Wong indicó que el polvo es invisible al ojo humano, pero genera ambientes brumosos en los sitios donde afecta.

Para la región de Centroamérica y el Caribe, de acuerdo con el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), el fenómeno ocurre entre los meses de julio a agosto de cada año y sucede en otras zonas del planeta en otros meses del año.

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