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Ortografía y Redacción: La oración

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Cuando un niño pronuncia algo que los adultos entienden que es una palabra, sienten que ha dado un gran paso en su proceso de desarrollo. Lo celebran y conservan esa fecha como un hito en su vida y en su historia. Ésa es, a su criterio, la fecha en que empezó a hablar, lo que pasa a ser parte de su historia personal.

Probablemente lo que el niño expresó no fue más que una palabra: mamá, papá, leche, agua, o algo así. Pero toda esa algarabía se entiende y justifica porque el habla es uno de los dones más importantes con que el ser humano ha sido premiado. Nadie cuestiona el valor y la función del lenguaje en la vida de los seres humanos.

A medida que el ser humano crece y se desarrolla, su forma de expresión va sufriendo cambios. Uno empieza a combinar palabras y a formar unidades cada vez más complejas. Lo que esto realmente significa es que va adquiriendo un sistema de comunicación cada vez más sofisticado y preciso para su expresión.

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De ese modo llegamos a esas unidades que todos usamos y que han recibido el nombre de oraciones. Estas son justamente, el tema de este fascículo.

Es sumamente importante que los lectores que siguen estas publicaciones presenten una atención muy especial a este tema. La oración es la base de la redacción. Constituyen, sin duda alguna, una de las herramientas fundamentales para poder redactar correctamente.

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Todo el que está interesado en expresarse con claridad, propiedad y estilo propio a través de la palabra escrita, necesita lograr un dominio satisfactorio de la oración, si no lo consigue, sus posibilidades de acceder a niveles superiores de comunicación son francamente muy escasas.

¿Qué es la oración?

La importancia tan grande que tiene la oración ha hecho que sean muchos lo que se han ocupado de su estudio. Son también abundantes las formas como se le ha enfocado y como se le ha pretendido definir.

Para que podamos entenderla bien y poder utilizarle de un manera correcta y eficiente, vamos a explicarla desde diversos puntos de vista. Lo haremos así porque la oración es una realidad tan rica que – al igual que otras realidades, como la inteligencia, por ejemplo – debe definirse desde diversos puntos de vista.

Primero:

Pensemos en la escritura. En ese contexto, debemos definir la oración como una unidad lingüística que empieza con una palabra cuya letra inicial es mayúscula y que termine en punto.

Ejemplos:

  1. Una paloma pasaba por allí.
  2. Si cada cual aprende a conocer sus propias limitaciones, la vida será mucho mejor para todos.
  3. ¿Quién vive aquí?
  4. Quería declamar versos de amor toda la noche.
  5. Al final tuvo una duradera sensación de paz.

Los ejemplos presentados son absolutamente claros. Sin embargo, en una oración puede haber múltiples palabras cuya letra inicial sea mayúscula, por ejemplo, por corresponder a nombre propios. Eso no nos debe llevar a confusión, porque de ninguna manera contradice el principio que estamos proponiendo.

En realidad, la primera palabra de una oración puede ser un nombre propio. En ese caso, esa mayúscula tendrá una doble justificación: ser la letra inicial de un nombre y ser la primera letra de una oración.

Debemos llamar la atención con respecto al hecho de que hay situaciones en las que las oraciones no terminan en punto. En si lugar podemos encontrarnos con signos de interrogación o admiración. Igualmente podemos encontrar puntos suspensivos.

Ejercicio

Lee el siguiente párrafo y separa cada una de las oraciones que lo forman:

“ El libro proporciona una cercanía íntima con las ideas del autor y no exige de quien lo usa esa relación de servilismo mecánico que convierte al hombre en esclavo de los aparatos. El libro es siempre compañero, amigo, consejero, confidente y confesor. Y, por su misma estructura física, es siempre instrumento dócil al servicio de su dueño”.

Ejercicio corregido:

  1. El libro proporciona una cercanía íntima con las ideas del autor y no exige de quien lo usa esa relación de servilismo mecánico que convierte al hombre en esclavo de los aparatos.
  2. El libro es siempre compañero, amigo, consejero, confidente y confesor.
  3. Y, por su misma estructura física, es siempre instrumento dócil al servicio de su dueño.

Segundo:

Pensemos ahora en el contenido. Desde tiempos remotos se ha venido insistiendo en que la oración es una unidad lingüística que tiene sentido en si misma.

Al afirmar que una oración tiene sentido en si misma, por lo general, se ha querido decir que tiene sentido completo o que contiene una enunciación (afirmación o negación), una pregunta o un mandato.

Algunos prefieren referirse a ella como la enunciación de un juicio.

Tercero:

Pensemos en este momento en su estructura.

La oración presenta una gran diversidad de formas. Hay cortas y largas, con verbos y sin verbos, afirmativas e interrogativas,…

Circunstancias de este tipo han desorientado a un buen número de personas, llevándolos a perderse en sus análisis.

Para los fines de este fascículo vamos a centrar nuestra atención en un aspecto importante de su estructura: en principio, la oración consta de sujeto y predicado.

Ejemplos:

  1. El perro
  2. María conoce a todo el mundo en este pueblo.
  3. Él invierte dinero en negocios riesgosos.
  4. María y José son nombres bastantes comunes.

En estos cuatro ejemplos la palabra o el grupo de palabras que aparecen en negritas constituyen el sujeto. La parte no subrayada es el predicado.

Observe las características de cada oración:

  • En el primer caso el sujeto es un sustantivo común acompañado por un artículo.
  • En el segundo caso es un sustantivo propio.
  • En tercer caso es un pronombre.
  • En el cuarto caso está formado por dos nombres propios unidos por una conjunción.

Presta atención ahora a las siguientes situaciones:

La posición del sujeto no es fija en la oración; por lo tanto, puede variar. Evidentemente, en este sentido hay limitaciones que están asociadas a la mejor compresión del contenido de la oración.

Ejemplos:

Introduzcamos cambios en la posición de algunos elementos que aparecen en las oraciones anteriores:

  • Ladra el perro
  • Conoce María a todo el mundo en este pueblo.
  • En negocios riesgosos él invierte dinero.
  • Son María y José nombres bastante comunes.

Ejemplos:

Analicemos desde este punto de vista las oraciones que hemos venido utilizando.

  • El perro ladra.
  • Ladra es un verbo que está en la tercera persona del singular.
  • Perro es un sustantivo singular.
  • María conoce a todo el mundo en este pueblo.
  • Conoce es un verbo en tercera persona de singular
  • María es un sustantivo singular.
  • Él invierte dinero en negocios riesgosos.
  • Él es un pronombre en tercera persona del singular.
  • Invierte es un verbo en tercera persona de singular.
  • María y José son nombres bastante comunes.
  • María y José son un sujeto compuesto formado por dos sustantivos; por lo tanto, constituyen un plural.
  • Son es un verbo en tercera persona de plural.

Ejercicios:

Selecciona un sujeto adecuado a los siguientes predicados.

  1. hemos de salir temprano. (Yo, tú, nosotros)
  2. Siempre duermen sin sobresaltos (los que tienen la conciencia tranquila, los que tenemos la conciencia tranquila, los que tenéis la conciencia tranquila).
  3. son un instrumento de la cultura. (El libro, los libros)
  4. representen una compañía para mucha gente. (el animal doméstico, los animales domésticos)
  5. se benefician de la presencia de un animal doméstico. (El niño, los niños)
  6. Nosotros hemos de salir temprano.
  7. Siempre duerme sin sobresaltos los que tienen la conciencia tranquila.
  8. Los libros son un instrumento de la cultura.
  9. Los animales domésticos representan una compañía para mucha gente.
  10. Los niños se benefician de la presencia de un animal doméstico.

¿Todas las oraciones son iguales?

Hemos dicho al principio que las oraciones pueden ser muy diversas en su forma. Vamos a compartir ahora algunas reflexiones sobre este punto.

Cuando nos encontramos con una serie variada de elementos y queremos organizarlos, lo primero que debemos hacer es establecer criterios. Un criterio podría ser, por ejemplo, el color, el tamaño, el olor, el peso,…

Para clasificar las oraciones vamos a utilizar tres criterios, que son:

  • El grado de complejidad.
  • La actitud del hablante
  • La forma como han sido completadas.
  1. El grado de complejidad

Ya hemos dicho que el grado de complejidad de las oraciones pueda variar. Para los fines de este fascículo vamos a referirnos a dos niveles de complejidad y entonces hablaremos de oraciones compuestas.

  • Oraciones simples

Una oración se considera simple cuando tiene un mensaje, cuando tiene un sentido. En la práctica una oración simple sólo tiene un verbo en forma conjugada.

Ejemplos:

  • La paz es un reto de cada día.
  • Nosotros hemos encontrado un tesoro.
  • Todos los derechos van acompañados de deberes.

Oraciones compuestas

Una oración se considera compuesta si a través de ella se emiten dos o más mensajes, es decir, si tiene dos o más verbos en forma conjugada.

Ejemplos:

  • Los barcos navegan u los aviones vuelan.
  • Yo quiero que tú me acompañes.
  • Yo te daré mi apoyo cuando tú regresas a casa.

Algunos comentarios breves:

  • Una oración con sujeto compuesto ( Pedro y María hablan) no es compuesta por eso. La acción se conciben como una sola.
  • Una oración con predicado compuesto (Pedro cena y conversa) es compuesta. Hay dos acciones, dos mensajes.
  • Al estudiar la oración compuesta debería hablarse un poco de los nexos (coordinantes y subordinantes). No es posible hacerlo por razones de espacio.
  • En el caso de las oraciones compuestas hay una gran diversidad de situaciones que no se tocarán, porque exceden los limites de este fascículo.

Ejercicios:

En el siguiente fragmento subraye las oraciones simples:

El problema se resolvió con rapidez. Todos los vecinos del lugar se reunieron y decidieron comprarle una linda motocicleta. Con ella fue de un sitio para otro con rapidez. Desde entonces ella pudo multiplicar por tres el número de sus visitas y así pudo hacer felices a muchos necesitados.”

  1. La actitud del hablante

Cuando una persona habla o escribe, tiene una intención o un propósito. Por eso, asume una actitud ante lo que va a decir o a escribir. En ese sentido podemos distinguir:

  • Las oraciones enunciativas (afirmativas o negativas).

Su función principal es la de expresar mensajes afirmativos o negativos.

Ejemplos:

  • Juan es un gran deportista.
  • La empresa marcha muy bien.
  • Esos no son los ideales de Duarte
  • Las oraciones interrogativas

Su función principal, más que ofrecer información, es buscarla.

Ejemplos:

  • ¿Cuál es tu nombre?
  • ¿Dónde vives?
  • Las oraciones imperativas.

Su función principal es la de manifestar una orden. Por supuesto, una orden puede tener muchos matices.

Ejemplos:

  • Haz esto
  • Enciende las luces
  • Ven acá, por favor
  • Las oraciones administrativas

Predomina en ellas el aspecto afectivo, emocional.

Ejemplos:

  • ¡Qué hermosa resultó la fiesta!
  • ¡Qué sombrío es el panorama que pintas!
  • Las oraciones desiderativas

En ellas sobresale la idea de deseo, aspiración.

Ejemplos:

  • Que te vaya bien
  • Ojalá que llueva café

Una nota importante:

Estas clasificaciones no son absolutas. Con frecuencia la realidad es continua y, por lo tanto, podemos encontrar en una misma oración razones para clasificarla de distinto modo. Por ejemplo, las oraciones administrativa pueden ser también enunciativas. En esos casos el sentido común dice que debemos buscar la actitud que prevalece.

Clasifica las siguientes oraciones:

  1. Haz bien y no mires a quien.
  2. El viento sopla del norte.
  3. ¿Quién eres tú?
  4. ¡Me alegro de tu regreso!
  5. Que te vaya bien

Ejercicio resueltos

  1. Haz bien y no mires a quien. (imperativa)
  2. El viento sopla del norte. (enunciativa)
  3. ¿Quién eres tú? (interrogativa)
  4. ¡Me alegro de tu regreso! (admirativa)
  5. Que te vaya bien (desiderativa)
  • La forma como han sido completadas

Esta clasificación se establece a partir de la forma como están formadas las oraciones. En este sentido vamos a distinguir dos tipos de oraciones: gramaticalmente completas y contextualmente completas.

Oraciones gramáticamente completas.

Hay oraciones gramáticamente completas, es decir, que cuentan de una manera explícita con todos los elementos necesarios para su análisis e interpretación.

Ejemplos:

  • Los derechos humanos deben respetarse
  • Los debes cívico han de cumplirse
  • La conservación de los ríos depende de todos

Oraciones contextualmente completas.

Una oración es contextualmente completa cuando no posee todos los elementos necesarios para su interpretación y análisis y los suple tomándolos del contexto.

Ejemplos:

A mí.

Estas dos palabras son la respuesta a una oración del tipo:

¿A quién le regalaron estos pañuelos? La respuesta debía ser: Estos pañuelos me los regalaron a mi. El hablante escoge la forma más corta porque esos elementos están en el contexto.

¡Fuego!

Esa palabra, expresada frente a un objeto que se quema, es suficiente. Lo demás se está viendo. Seria totalmente inconcebible pensar en momentos como ésos el hablante diga una oración como la siguiente: ¡Un fuego ha surgido en mi casa!

Nota:

Ya tienes un esquema para estudiar la oración y para mejorar tu redacción. Es una referencia que puedes utilizar cuando escribes o cuando lees.

Una nota importante:

Toda oración está constituida por dos partes que son sujeto y predicado. Estas son dos funciones gramaticales.

Por lo general se admite que:

  • El sujeto es la persona, animal o cosa de quien se habla en la oración.
  • El predicado es lo que se dice del sujeto.

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