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¿Cómo reaccionar ante el logro de un alumno?

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Reaccionar ante el logro de un alumno no es una asignatura que aprueben todos los profesores. En muchos casos por falta de tiempo y en otros por falta de conocimientos, es un componente esencial que en muy pocas ocasiones se cuida.

Reaccionar ante el logro de un alumno de manera positiva y reforzadora no es una acción que se suela ver en las aulas. Por el contrario, mandar callar o castigar por no traer los ejercicios hechos es mucho más frecuente. Así, nos planteamos, ¿qué sucede con aquellos alumnos que consiguen superarse y alcanzar determinadas metas? Como profesores, solemos pensar que con un «bien» o «sigue así» es suficiente, pero ¿realmente esto es así?

Para poder dar respuesta a esta pregunta es necesario tomar como referencia a un psicólogo cuya trayectoria profesional lo llevó a realizar experimentos sobre la indefensión aprendida, su relación con la depresión y la psicología positiva. Su nombre es Martin Seligman y escribió un libro titulado La vida que florece en el que define las 2 mejores formas en las que él considera que se puede reaccionar ante el logro de un alumno.

Profesora yudando a sus alumnos

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La importancia de reaccionar ante el logro de un alumno

Antes de aventurarnos a describir las 2 formas de reaccionar ante el logro de un alumno que Martin Seligman describe en su libro es interesante que descubramos las ventajas que se obtienen de hacer esto. Una de las principales es la motivación que, como bien explica el artículo La motivación, motor del aprendizaje, cuando no está presente en la enseñanza «los estudiantes difícilmente aprenden«.

Pero, reaccionar ante el logro de un alumno tiene otros muchos beneficios. Por ejemplo, es una invitación para que el estudiante tome acción, siga superándose, ponga en práctica nuevas formas de adquirir conocimientos y, sobre todo, se interese por la asignatura. Ahora que ya tenemos claro lo que aporta reaccionar ante el logro de un alumno, vamos a ver cuáles son las diferentes formas en las que, como profesores, podemos conseguir todo esto.

«Nunca se ha logrado algo sin entusiasmo».

-Emerson-

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Formas de reaccionar ante el logro de un alumno

Según Martin Seligman existen hasta 2 formas de reaccionar ante el logro de un alumno que sean constructivas. Ambas son diferentes y, por ello, también arrojan resultados distintos. Sin embargo, es importante conocerlas bien para poder sacarles un mayor partido.

1. Reacción activa y constructiva

Cuando un alumno consigue sacar una buena nota en un trabajo u obtiene cualquier otro logro, le prestamos al alumno toda nuestra atención. Le pedimos que hable con todo detalle de lo que ha conseguido (que se exprese), mantenemos el contacto visual con él y le sonreímos.

La comunicación no verbal también será importante. Una mano en el hombro o mantener las manos abiertas le harán saber al alumno que reconocemos su logro. Además, le escucharemos con atención, lo que hará que sus compañeros también hagan lo mismo. Esto es un refuerzo positivo que hará que se sienta bien, reconocido y que le motivará a seguir alcanzando sus metas.

2. Reacción pasiva y constructiva

Esta es otra forma diferente de reaccionar ante el logro de un alumno que puede que utilicemos cuando no tenemos tiempo. No es la manera ideal, sin embargo, tiene una consecuencia positiva. En este caso, no se le presta al alumno demasiada atención, pero sí se le reconoce su logro con un «muy bien» o «es genial».

En ocasiones, esta reacción pasiva y constructiva puede estar carente de expresividad por lo que el reconocimiento resulta distante, casi impersonal. No es la forma ideal, no obstante, el alumno recibe un feedback positivo por lo que ha logrado. Esta forma es más común cuando el feedback se da en los puntos intermedios de un proyecto, guardando la reacción activa para cuando el alumno lo termine.

«Un maestro debe creer en los valores e intereses de sus alumnos como un doctor cree en la salud».

-Gilbert Highet-

Profesor con alumnos en clase

¿Cómo no reaccionar ante el logro de un alumno?

Hemos visto 2 formas de reaccionar ante el logro de un alumno. Sin embargo, Martin Seligman habló sobre otro par más que, quizás, suele verse en las aulas con más frecuencia. A esto se le conoce como refuerzo negativo y, como bien expone el artículo La disciplina escolar: aportes de las teorías psicológicas, es «cualquier cosa que se evita o se suprime«. Veamos el resto de aportaciones de Martin Seligman:

  • Activa y destructiva: desviamos la atención hacia otro tema y no expresamos ningún tipo de emoción ante el logro del alumno. Por ejemplo, «Ah, has aprobado, bueno a ver por dónde íbamos con el tema…».
  • Pasiva y destructiva: en esta ocasión ignoramos por completo al alumno, no le hacemos caso e, incluso, le llamamos la atención. Por ejemplo, «Ahora no estamos para eso, presta atención y no hables».

Quizás descubramos que, en alguna ocasión, hemos reaccionado ante el logro de un alumno de estas formas nada deseables. Lo importante es que nos demos cuenta para ajustar esa reacción.

Podemos aplicar la pasiva y constructiva, y al final de la clase guardar un tiempo para utilizar la activa y constructiva. También, si somos conscientes de que hemos reaccionado de forma pasiva y destructiva, podemos cambiar el diálogo de la siguiente manera: «ahora no podemos hablar de eso, reservaremos unos minutos al final de la clase para ello (y le sonreímos al alumno)».

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

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