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Cómo hacer un cierre simple pero efectivo al final de tus clases

Para lograr aprendizajes realmente significativos, enseñar los contenidos propuestos y avanzar hacia una educación que reconoce el valor del monitoreo constante, los profesores le asignan gran importancia a un elemento fundamental en la estructura de la clase: el cierre. Por ejemplo, para Pilar Palacios, profesora de lenguaje y coordinadora del proyecto Ideas Docentes de Elige Educar, es muy importante utilizar alguna dinámica que enganche a los estudiantes al finalizar la clase. Esta es una manera de premiarlos por el trabajo realizado a lo largo de la jornada, monitorear lo que aprendieron y también, una forma muy útil de ver los avances y los puntos en los que hay que poner el foco en una siguiente sesión.

El cierre en una clase es además la última sensación con la que se quedan los alumnos y con esas sensaciones o emociones se enfrentarán a la siguiente clase. El objetivo, entonces, es poder concluir el proceso de aprendizaje de una forma adecuada y sencilla teniendo en cuenta los logros, las dificultades e incluso las emociones a las que se enfrentaron los alumnos. Para ellos es esencial, pues de esta forma pueden reflexionar y autoevaluar sus propios aprendizajes de una manera general. Y para los profesores es fundamental como herramienta para planificar e incluso mejorar el enfoque o los instrumentos de enseñanza teniendo en cuenta las necesidades de todos los estudiantes. El cierre no debe ser extenso, tampoco abrumador, simplemente debe ser una especie de síntesis y reflexión en torno a los aprendizajes. Pero, ¿cómo lograr un cierre adecuado en poco tiempo?

En sólo siete minutos, Sarrah Saasa, una profesora en una escuela en India, ha logrado darle un cierre a sus clases de una forma concisa y efectiva.

Con su estrategia ella monitorea, analiza cómo estuvo la lección y logra entender qué aprendieron sus alumnos. Para Sarrah, esta etapa final es esencial pues implica lograr terminar la clase de la mejor forma. “No queremos que los estudiantes vayan a la siguiente clase de una forma abrupta. Queremos saber si ellos entendieron los conceptos, así que cerramos el ciclo con reflexiones cortas”, explica una docente en un video de Edutopia. Su estrategia se divide en los siguientes tres pasos:

Paso 1: Sacar el tiempo

Lo primero que hace Sarrah Saasa, es destinar tiempo al final de la clase, antes de que suene la campana para la siguiente.

Paso 2: Resumir

Luego, la docente les pide a sus estudiantes que resuman las principales conclusiones de la temática vista. Esto favorece la metacognición en los estudiantes y permite que ellos realice una priorización de los contenidos abordados.

Paso 3: Preguntas

Finalmente vienen las preguntas reflexivas acerca del contenido y del aprendizaje como tal. En esta parte, Sarrah pide a sus alumnos que le cuenten qué fue lo más difícil y qué fue lo más fácil. Al plantear varias preguntas metacognitivas, los estudiantes se vuelven mucho más conscientes de sus aprendizajes y los docentes obtienen mayor información sobre cómo y cuánto están aprendiendo.

Este cierre, dice la profesora en el video, le permite conocer mucho más a sus estudiantes y por supuesto, le permite planear de mejor forma la siguiente clase. Además, para los alumnos también es clave, pues tienen el tiempo de “aterrizar” los contenidos aprendidos, pensar acerca de las dificultades que tuvieron y reflexionar acerca de los logros alcanzados para concluir la lección y pasar a la siguiente. La estrategia de Sarrah es rápida, es sencilla, pero sobre todo efectiva y aplicable en diversos contextos y niveles educativos.

Y tú, ¿qué estrategia utilizas para darle un cierre a tus clases?

Fuente: eligeeducar.cl

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