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Niños felices o niños competitivos, ¿cómo educamos a nuestros hijos?

Hace unos días recibí un mail de Change.org para firmar una nueva propuesta. Su autora era Eva Bailén y su petición iba encaminada a la racionalización de los deberes en el aula, un tema más que polémico en los grupos de Whatsapp de los padres, en las puertas de colegio de muchos puntos del país y en los parques de muchas ciudades.

A mí, este titular me hizo pensar y cambiar un poco el enfoque del mismo: ‘Niños felices o niños competitivos, ¿para qué estamos educando a nuestros hijos?’.

Niños felices, padres felices

Creo que cualquier padre o madre queremos la felicidad para nuestros hijos, y si me equivoco, me corrigen. Como por desgracia, ningún niño viene con un manual bajo el brazo, leemos revistas, compramos libros y buscamos en internet algo que dé respuesta a esas grandes preguntas que se repiten constantemente en nuestra cabecita: ‘¿Cómo criar a niños felices? ¿Para qué estamos educando a nuestros hijos?’.

La respuesta no está en ningún de estos sitios, la solución a este enigma está en nosotros, que muchas veces erramos a la hora de señalarles el camino que les conduzca a esa ansiada felicidad. No hace falta que nos castiguemos ni nos sintamos culpables, ¡esto de la paternidad/maternidad es algo que vamos aprendiendo gracias el método enseño-error y, no olvidemos, que lo que funciona para unos, fracasa para otro! Pero quizás, sí sería bueno que reflexionáramos acerca de ciertos pequeños aspectos cotidianos.

A veces pensamos, porque así lo creemos como adultos y porque nuestros padres nos lo han transmitido, que su felicidad pasa porque sean los mejores en el colegio, algo que les llevará a ser alguien en la vida, a conseguir un buen trabajo y a tener una vida como mínimo igual o, si es posible, mejor que la nuestra.

Quizá por eso, no somos conscientes de que les ‘presionamos’ para que sean los número 1 de su clase, para que dominen un segundo idioma sin apenas haber cumplido los 10 años, para que sepan música, teatro y canto, para que se desenvuelvan con facilidad en disciplinas como el baile o el teatro, o para que se conviertan en los nuevos Cristiano Ronaldo o Leo Messi sin pensar que, quizás, no es algo que ellos quieran y, por supuesto, que ellos hayan pedido, porque para ellos la felicidad es otra cosa.

Cómo tener niños felices

La felicidad para los niños se limita a cosas tan normales y evidentes que los adultos las obviamos y pasan  desapercibidas. El estrés diario no nos deja ver esos detalles tan importantes para ellos.  ¿Qué podemos hacer para tener niños felices? ¿Qué cosas valoran ellos?

– Que vayamos a llevarles o a buscarles al colegio.

– Que les contemos un cuento todas las noches.

– Que juguemos con ellos y no estemos todo el día pendientes del móvil.

– Que les demos un abrazo.

– Que no les gritemos.

– Que les escuchemos y no les mandemos callar a todas horas.

– Que veamos con ellos su serie o película favorita, aunque sea la decimoquinta vez.

– Que les dejemos que nos ayuden a cocinar, a sabiendas de que lo dejarán todo manchado.

– Que bajemos al parque o a la pista de patinaje un domingo por la mañana.

– Que les demos un beso de buenas noches.

Una vez leí una frase de Agatha Christie que decía: ‘Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz’. Y qué razón tenía, porque solo así conseguiremos sembrar los mejores cimientos para un futuro cargado de felicidad y tener adultos educando en valores.

Fuente: guiainfantil.com

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