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Cómo explicar a los niños el abuso sexual y cómo detectarlo

La idea de que alguien pueda hacerle daño a nuestros hijos es terrorífica, tanto que llegamos a rechazar pensar en ello y hablar a los niños de esa posibilidad. Sin embargo, al mantenerlos en la total ignorancia puede que los estemos poniendo en peligro. Pero, ¿qué decirle a un niño para prevenir los abusos?

Una conversación necesaria

Abuso sexual infantil es cuando un adulto o un niño más mayor utiliza de forma sexualizada a un menor para beneficio propio, ya sea tocándole o excitándose. El abuso sexual es un delito tabú, porque a sus víctimas les cuesta mucho hablar de ello y denunciarlo, especialmente si son niños. Sin contar esos casos que nunca son descubiertos, que son bastantes, las última cifras aportadas por Save the Children son preocupantes.

Según la ONG, con datos del Ministerio del Interior, en 2015 en nuestro país se produjeron 3.919 denuncias por agresiones sexuales a menores; esto se traduce en una media de 10 denuncias al día, lo que significa un aumento del 5% con respecto al 2014. Para los padres es inevitable pensar que sus hijos están protegidos frente a estas aberraciones y que nunca les va a ocurrir a ellos. Nos encargamos de que así sea, pero por muy duro que suene, la realidad es que el 87% de estos abusos se producen en el entorno cercano al niño, dentro de su círculo de confianza, donde el menor se siente a salvo (colegio, clases extraescolares, amigos o familiares).

Por ello es importante que hablar con nuestro hijo en casa de este problema tampoco sea tabú. Es una conversación dura y nada agradable, pero le estaremos dando las herramientas necesarias para protegerse. Hemos hablado con Margarita García Marqués, psicóloga de ASPASI (Asociación para la Sanación y la Prevención de los Abusos Sexuales en la infancia. www.aspasi.org), para que nos aconseje y nos dé las claves a la hora de tratar este tema con los niños.

Prevenir los abusos sexuales

Quizá es imposible evitar todos los abusos, pero sin duda es posible prevenirlos. Para hacerlo hay dos cosas que podemos hacer: ser nosotros vigilantes y además, enseñar a los niños que el abuso existe y que nadie puede tocarlos de forma inadecuada.

A los niños hay que explicarles que lugares de su cuerpo y que formas de tocarlos no son correctas y enseñarles que, si alguien hace algo que les incomoda, deben salir corriendo inmediatamente y no aceptar el contacto físico indeseado. Eso pasa incluso por no obligarles a darle besos a alguien si no quieren, pues de ese modo se sienten dueños de sus cuerpos y saben que nadie puede forzarlos a hacer algo que no quieran.

Hay que explicarles, en la medida de su comprensión, que hay personas que, incluso pareciendo muy buenas, nos pueden engañar y tratar de hacerles daño o tocarlos de forma indebida. Nadie, nadie, puede tocarlos o acariciarlos de forma que no les guste. Puede que eso haga que rechaze abrazos de alguien que es inofensivo pero eso reforzará su confianza en que tienen derecho a decir que no.

También, por supuesto, hay que enseñarles que no deben irse con extraños, sea porque les piden ayuda para buscar un cachorrito o les ofrezcan un juguete o una golosina. Pero, por supuesto, ni todos los extraños van a querer hacerles daño, ni todas las personas conocidas o de confianza son seguras.

La norma de no estar solos y no irse con desconocidos es fundamental. Deben gritar y huir si alguien quiere llevárselos y tirarse al suelo pataleando y chillando si los agarran. Pero, cuando se trata de personas conocidas de su entorno el asunto es más delicado, pues pueden tratar de engañarlos o asustarlos para que sean dóciles o callen lo sucedido.

Por eso, siempre debemos reiterarles que confiamos en ellos y que deben contarnos cualquier cosa mala que les suceda, pues creeremos en ellos y los defenderemos, incluso si la persona que los ha dañado es muy cercana a nosotros.

Un consejo general, de todos modos, sería no dejar a nuestros hijos a solas con nadie en quien no confiemos absolutamente (ni familia, ni amigos, ni cuidadores, ni figuras con autoridad espiritual, ni maestros ni entrenadores o monitores) pues los abusadores aprovechan cuando el niño está desprotegido e, incluso así, estar abiertos a percibir signos de abusos y reiterándole a nuestro hijo a menudo que nadie puede tocarles indebidamente y que, si algo extraño les sucede, deben contárnoslo inmediatamente y los salvaremos.

Miedo en los niños

Tenemos que ser conscientes de que contarles esto a los niños puede causarles miedo y preocuparlos. La idea no es que vivan aterrorizados o desconfiando del mundo, ni pensando que todos son malvados, pero si que conozcan la realidad para poder enfrentarse a ella y evitar ser víctimas.

Vivir con miedo no los va a proteger, pero si el saber como actuar si la situación se presenta. Es decir, les estamos dando armas y protegiéndolos al contárselo.

Hay explicar las cosas poco a poco y desde pequeños, cuando no entienden que es el abuso, y enseñarles a ser dueños de sus propios cuerpos y a tener confianza absoluta en nosotros les digan lo que les digan o los amenacen con lo que les amenacen. Podemos prevenir que sean víctimas del abuso sexual hablando con ellos.

Fuentes: bebesymas.com/crecerfeliz.es

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