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Claves para evitar conflictos familiares en estas fechas

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No se trata de evitar la presencia de incómodos familiares, sino de afrontar con determinación esos tensos momentos y sentar las bases de una relación cordial para el resto del año.

En unos días las celebraciones navideñas nos invitarán a sentarnos alrededor de una mesa familiar en la que compartiremos, además de un delicioso menú, momentos de alegría y unión. Sin embargo, a veces esta idílica situación se tiñe de un tono menos festivo y los eventos familiares destapan discusiones, viejas rencillas y opiniones que nos dejan con muy mal sabor de boca tras el postre. Para evitar en la mayor medida de lo posible estas disputas y que se resuelvan de la forma más acertada, el psicólogo Xavier Savin, nos propone diez consejos para que estos «dramas navideños» no se conviertan en un miembro más de la familia en estas fiestas.

A estas alturas del año en las que ya están organizadas las cenas y las comidas familiares a nadie le gustaría sentar a su mesa a ese incómodo invitado que rompe la armonía y en un momento dado destapa la caja de los truenos: un comentario inapropiado, una opinión política, la rivalidad entre equipos de fútbol o la propia jerarquía familiar.

No se trata de evitar la presencia de ese familiar, sino de afrontar con determinación esos tensos momentos y sentar las bases de una relación cordial que nos servirá para convivir en paz el resto del año.

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Seguramente no te resultarán extrañas algunas de las situaciones que a continuación te vamos a relatar y que te ayudarán a entender qué conflictos habría que evitar y cómo funcionan las relaciones familiares para que con una sola palabra se rompa la concordia durante una celebración.

Las ideas políticas

No hace falta decir que vivimos un momento especialmente trascendente a nivel político lo que puede hacer de las comidas navideñas un momento delicado. No todos los miembros piensan igual, ni todos estarán de acuerdo… pero no pasa nada. No hay que tomárselo como una ofensa personal, es solo una opinión.

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Este aspecto se puede ampliar a los enfrentamientos deportivos, los gustos musicales, estéticos o incluso a algo tan intrascendente como elegir el canal de televisión donde veremos la retrasmisión de las campanadas de fin de año.

Los roles familiares

En las familias existen unos roles muy marcados, lo que suele hacer que las relaciones sean más jerárquicas de lo que cabría esperar fuera del ámbito profesional.

«En algunas familias existe una figura autoritaria, que impone unos límites estrictos sobre qué se puede decir y qué no. En estos casos no suele existir un conflicto visible, pero naturalmente esto genera rencor y a veces desemboca en la necesidad de mentir para poder conseguir los objetivos que nos marquemos sin tener la sensación de que nos están juzgando» apunta el psicólogo Xavier Savin.

Por el contrario, hay otras familias más democráticas, en las que hay una o varias personas que tienen más influencia que pueden en determinados momentos recriminar alguna conducta si no les parece adecuada, pero en este caso los demás miembros de la familia se sienten con la libertad de opinar en base a sus experiencias y opiniones.

También hay familias en las que los miembros «dejan hacer», confiando completamente en la autogestión de sus miembros. Para Savin esta «sería una situación perfecta si todos los miembros de la familia estuvieran comprometidos en colaborar y respetar a los demás, de lo contrario habrá quien no ayude y ofenda al resto».

Decálogo del buen entendimiento

Independientemente de cómo sea tu familia, existen 10 principios que puedes tener en cuenta para pasar unas navidades sin conflictos.

El experto y psicólogo, Xavier Savin, nos propone este decálogo para que las próximas celebraciones familiares terminen con un brindis y no con la amarga despedida de un portazo.

1. Pensar que quienes nos rodean saben lo que necesitamos sin necesidad de pedirlo es una equivocación, cada persona tiene necesidades distintas. Si crees que alguien puede y quiere ayudarte pídelo, de lo contrario que no te sorprenda si no te ayudan.

2. Sé empático. Eso no es creer que los demás deben pensar tal y como tú lo haces, se trata de entender que seguramente han llegado a diferentes conclusiones por que han vivido circunstancias distintas a las tuyas.

3. Piensa qué es para ti inaceptable, por ejemplo: insultos, agresiones, amenazas… Si lo sucedido no es una de estas situaciones recuerda que entonces no importa tanto.

4. Algunas opiniones se basan únicamente en emociones. Date cuenta de si eses es el caso porque entonces de nada sirve discutir.

5. Aunque una opinión puede evidenciar maldad, recuerda que las personas no son buenas o malas sólo por compartirla.

6. Si te sientes ofendido por un comentario, no alimentes la discusión, repite el comentario y añade cómo te ha hecho sentir.

7. Para no sentirte mal recuerda que eres responsable de lo que dices, no de lo que otros entienden, si te han interpretado mal intenta aclararlo y si no lo logras, acéptalo.

8. Cuando te sientas nervioso o enfadado pasa un tiempo alejado de la situación antes de continuar conversando, de lo contrario te expresarás de manera incorrecta y perderás la razón.

9. Practica la escucha activa, no te limites a oír, presta atención al mensaje completo.

10. No juzgues. Se puede estar o no de acuerdo, pero hay que respetar que siempre existirán otras opiniones.

En resumen, la clave está en afrontar con determinación esos tensos momentos y sentar las bases de una relación cordial, empática y dialogante que nos servirá para convivir en paz también el resto del año.

Fuente: abc.es

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