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Ciara Molina: «La mejor manera de aprender algo es… Enseñándolo»

«Enseñar, educar, transmitir, como lo queramos llamar, parte de un principio de responsabilidad, complementación, cooperación y amor que debe estar en equilibrio», asegura la psicóloga Ciara Molina, experta en inteligencia emocional. Desde esa premisa, ha creado el proyecto @EducoEmocion, con el que pretende ayudar a padres y profesores que quieran educar emocionalmente a sus hijos o alumnos. Para ella, la actitud con la que nos enfrentemos a tal proceso determinará los resultados, tanto en nosotros mismos como en nuestros hijos y/o alumnos. «Si mientras nos formamos como educadores nos vemos como maestros activos y no como estudiantes pasivos, aumentarán notablemente nuestras ganas de aprender», asegura.

La enseñanza, prosigue Molina, «es una cadena, la primera persona enseña, la segunda captura, entiende, evalúa para encontrar sentido a lo expuesto, piensa en su aplicación práctica y, del valor que obtiene, enseña a una tercera persona. Tras la tercera persona se inicia de nuevo el proceso. Resulta altamente, interesante, entonces, pararnos a observar cómo estamos transmitiendo la información a nuestros menores y valorar si realmente están adquiriendo los conocimientos y habilidades necesarios para que, con su propia actitud proactiva, creen la vida que desean. Encontrar el sentido a sus vidas es lo que les hará crecer y desarrollarse sintiéndose felices y realizados».

Cuando enseñamos, continua esta psicóloga, «aumenta significativamente la probabilidad de aplicación, es decir llevar a cabo aquello que he aprendido. Por tanto, en el aprendizaje lo más importante viene del hacer. La comprensión de lo que aprendemos nos puede aportar una mayor capacidad intelectual, pero lo que realmente concretará lo aprendido será la aplicación práctica de esas ideas adquiridas». A su juicio, «debemos dejar que nuestros hijos/as y/o alumnos/as experimenten, creen, prueben, hagan, deshagan.. no hay nada mejor para forjarse una idea concreta de sí mismos y de los demás. Ésta será la base sobre la que se formará su confianza y confiabilidad».

No escuchar, el principal obstáculo

El principal obstáculo, advierte, lo encontramos en el campo de la comunicación, «y es que no escuchamos. Tenemos la mala costumbre de empezar a evaluar el discurso del otro sin escuchar lo que nos está queriendo decir. Escuchamos para contestar, pero no para entender». Una enseñanza basada en una actitud positiva, asegura, «va acompañada de acción, y en la aplicación práctica de lo que hemos aprendido, favorece enormemente la comunicación empática con los chicos. Si les capacitamos para capturar el aprendizaje que se les está dando antes de juzgarlo, conseguiremos que escuchen el propósito, los puntos principales del discurso, cómo validar cada uno de esos puntos, para poder así aplicarlos y luego valorar lo que les aporta a ellos mismos y a los demás».

Cuando todas estas cosas suceden, concluye Molina, «la relación que conseguimos con ellos es mucho más profunda y sólida, ya que parte de principios como la autenticidad, el concepto de uno mismo, la emotividad, la empatía, la expresión de los sentimientos y la creatividad: clave de la “Educación Emocional” que este proyecto quieren transmitir».

Fuente: abc.es

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