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Los primeros auxilios esenciales que todos deberíamos conocer para salvar la vida de un bebé

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A ningún padre le gusta verse en una tesitura extrema en la que tenga que salvarle la vida a su propio hijo. Pero qué mejor que estar prevenidos ante estas situaciones extremas y, sobre todo, saber qué hacer en esos primeros minutos antes de la llegada de los servicios de emergencia profesionales. Conocer técnicas básicas de primeros auxilios es esencial.

4 situaciones graves en las que todos podemos encontrarnos en algún momento y los primeros auxilios que deberíamos aplicar

1. ¿Qué hacer ante la pérdida de conocimiento?

En el caso de que tu bebé o menor de edad sufra una pérdida de conocimiento, debemos comprobar que siga respirando. Si la respuesta es negativa, tenemos que llamar inmediatamente a emergencias y comenzar la reanimación del niño. Para ello, comenzamos con el boca a boca, repitiéndolo unas cinco veces.

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Para ello, coloca la cabeza del niño hacia atrás con una mano y, con la otra, mueve el mentón para abrir las vías respiratorias. A continuación, tapa la nariz con la mano, toma aire y suéltalo en la boca del niño. Es importante que el pecho del niño se infle: esa es la señal de que el aire está llegando a los pulmones. Después, debes hacer 30 compresiones torácicas, empujando el centro de su pecho con la mano o los dedos —¡cuidado!, si se trata de un bebé debes realizarlo suavemente con los dedos—. Si esto no le reanima, vuelve a repetir la respiración boca a boca.

2. ¿Cómo enfrentarnos a una quemadura?

Las quemaduras tienen una clasificación por grados. Las de primer grado son las más leves y se pueden tratar en casa, sin la necesidad de acudir al médico. En el caso de las de segundo y tercer grado, debemos acudir urgentemente al médico.

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Ante esta situación, lo primero que debemos hacer es poner la zona afectada bajo agua fría para parar la quemadura y que no siga dañando otras capas de la piel. Si el niño sufre mucho dolor, podemos administrarle algún tipo de calmante, como ibuprofeno. Tras ello, y antes de la revisión médica (en caso de necesitarlo), debemos mantener la zona cubierta para evitar infecciones. Para ello, usa compresas frías. ¡Cuidado!, si hay ropa empapada en la quemadura, no la retires: podrías agravar la herida.

No apliques directamente una crema sobre la piel afectada, al menos hasta que haya pasado la inflamación y sepamos si se trata de una quemadura de primer grado. Para ello, lo ideal es alguna crema tipo Silvederma. Como ya hemos dicho, si la quemadura no es de primer grado, ve inmediatamente al médico.

3. ¿Cómo actuar ante un atragantamiento?

Si se trata de un bebé, debemos recurrir a la maniobra de Heimlich. En el caso de que el niño tosa, no deberíamos intervenir, solo estar muy atentos a la evolución. En el caso de que deje de toser y no pueda ni llorar ni respirar, llama a Emergencias Médicas de inmediato. Mientras llegan debes seguir los pasos de la maniobra Heimlich.

En el caso de que se trate de un niño mayor de un año, debemos realizar la maniobra de Heimlich para niños. De igual manera, debemos esperar si el niño tose, pero en el caso de que al parar de toser se lleve instintivamente las manos al cuello, significará que se está atragantando. Para aliviarle, habría que repetir la maniobra de Heimlich.

4. ¿Qué hacer si se producen convulsiones febriles?

Las convulsiones febriles son más comunes de lo que parecen, además de tratarse de una respuesta del cerebro del niño ante la fiebre. Habitualmente, se producen en niños sanos entre seis meses y cinco años de edad. Es común que se produzcan durante el primer día de fiebre por infecciones virales.

Se tratan de reacciones muy llamativas con las que los padres suelen alterarse también. Lo primero que debes hacer es alejar al niño de cualquier objeto que le pueda dañar. A continuación, lo tumbamos de costado para mejorar su respiración.No debemos intervenir parando la convulsión; todo lo contrario, esta debe seguir su curso. Tampoco intentes agarrarle la lengua o meterle algún objeto en la boca. Lo que sí debes hacer es bajar la temperatura corporal del niño con paños fríos colocados en la frente o el cuello del pequeño.

Estos episodios no duran mucho tiempo. En cuanto acaben deberías darle el antifebril habitual y recurrir de inmediato a emergencias médicas para que un doctor lo evalúe.

Fuente: muhimu.es

 

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